
REVISTA ESPECIALIZADA
JUSTICIA ELECTORAL Y DEMOCRACIA
Número 9 Año 8 Julio 2025 e- ISSN: 2960-8155
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Algunas organizaciones ofrecen servicios
legales gratuitos o a bajo costo. La
participación de las mujeres en procesos
políticos, a pesar de los riesgos, no ha
impedido que continúen participando
activamente en procesos políticos,
candidaturas y en la defensa de sus
derechos dentro de estructuras partidarias
y comunitarias.
La celebración de alianzas y colaboraciones
con Organizaciones No Gubernamentales
y Organismos Internacionales, ha
proporcionado recursos, visibilidad y
respaldo a las mujeres que enfrentan la
violencia política, a través del intercambio
de experiencias, participación en foros,
conferencias y encuentros nacionales
e internacionales para compartir
conocimientos y estrategias de resistencia.
Ahora bien, la violencia política de
género tiene profundas consecuencias
tanto para la participación política de
las mujeres como para el fortalecimiento
de la democracia en el sureste de
México; algunas de ellas son: miedo y
autoexclusión, pues este tipo de violencia
genera un clima de temor e inseguridad
que desincentiva a las mujeres a
participar en la política; muchas pueden
optar por autoexcluirse para protegerse
de posibles agresiones y hostigamientos,
evidenciándose una barrera psicológica.
El acoso y la intimidación pueden afectar
la salud mental de las mujeres políticas,
minando su conanza y capacidad para
ejercer su rol de manera efectiva.
El acceso limitado a cargos de poder es
un reejo de que la violencia política
puede provocar una menor presencia
de mujeres en cargos de decisión y
liderazgo, perpetuando la desigualdad de
género en la representación política. Las
mujeres que enfrentan violencia política
suelen encontrar mayores obstáculos
para avanzar en su carrera política,
restringiendo su desarrollo profesional y
su inuencia política.
Asimismo, el impacto en la calidad
del liderazgo es producto del desgaste
y desmotivación, ya que la constante
exposición a la violencia política puede
corroer y desmotivar a las mujeres
lideresas, afectando negativamente su
desempeño y capacidad para impulsar
cambios signicativos. Algunas mujeres
pueden decidir retirarse, prematuramente,
de la vida política debido a la persistencia
de la violencia, lo que resulta en una
pérdida de talento y experiencia en la
esfera política.
Con relación al fortalecimiento de la
democracia, ocurre una erosión de la
representatividad, ya que la violencia
política de género perpetúa la desigualdad
de género en la representación política,
lo que conlleva a una democracia menos
inclusiva y representativa. De igual
manera, con menos mujeres en posiciones
de poder, sus intereses y necesidades
especícas pueden quedar desatendidas
en las agendas políticas y legislativas.
A su vez, el debilitamiento de las
instituciones democráticas, originado
por desconanza en el sistema político,
ocasiona que la violencia política de
género genere desconanza en las
instituciones y procesos democráticos,
especialmente si las víctimas no reciben
justicia o apoyo adecuado. La falta de
sanciones efectivas para los perpetradores