
Las elecciones de gobernador en Tlaxcala de 2016 y 2021,
una revisión desde la geografía electoral
Emelia Higueras Zamora
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Cabe destacar que Jiménez (2016)
identica, en los años 2013 y 2014, dos
movimientos políticos dentro del gobierno
estatal de Mariano González Zarur (2011-
2016) que hacían considerar al posible
candidato a la gubernatura de 2016:
[… en enero de 2013…] el secretario de
Turismo, Marco Mena, renunció para
registrarse como candidato a diputado
local por el primer distrito, el cual
ganó; posteriormente, fue designado
como coordinador de la fracción
priista y como presidente de la Junta de
Coordinación y Concertación Política
(JCCP). En agosto de 2015, Marco
Mena fue elegido como presidente del
Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI.
En febrero de 2014 se produjo otro
movimiento: renunció el secretario
de Finanzas, Ricardo García, para
inscribirse como candidato a presidente
del CDE del PRI, del que renunció en
enero de 2015 para registrarse como
candidato a diputado federal por el III
distrito. (p. 91)
Siguiendo a este autor, la elección de
2016 fue el último proceso electoral
donde contendió la generación formada
alrededor de la gura del gobernador
Emilio Sánchez Piedras (1975-1981) y
del PRI en los años setenta. Hay que
mencionar que las dos alternancias
políticas consecutivas -1999-2005 y
2005-2011- fueron producto de rupturas
internas del partido, encabezadas por
exmilitantes priistas cobijados por los
partidos de oposición -PRD para la
elección de 1998 y PAN en la elección de
2004-, y donde ninguno de estos partidos
logró mantenerse en el gobierno estatal.
“La elección 2016 marcó un cambio
denominado “renovación generacional”
del PRI al competir y ganar con un
candidato formado en un grupo análogo
al de Sánchez Piedras” (p. 90).
Respecto a la gura de Lorena Cuéllar
Cisneros, exmilitante priista, integrante
de una familia perteneciente a la élite
política de la región (nieta de dos
exgobernadores), con mayor trayectoria
partidista que el candidato del PRI,
y habiendo desempeñado cargos de
elección popular, sería la candidata del
PRD y de la alianza de facto con el PT,
pero sin registro ocial ante el Instituto
Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), debido al
argumento de haber quedado fuera de los
plazos legales. Cazarín (2017) describe
así esta situación:
Cabe señalar que la diferencia de
registro entre la coalición encabezada
por Mena (PRI-PVEM-PANAL y PS)
fue hecha apenas cinco minutos antes
de la medianoche del primero de
marzo, y la de Cuéllar fue recibida
poco después de las 12 de la noche,
por lo que fue registrada el día dos de
marzo. El rechazo se argumentó entre
otras cosas, porque en las solicitudes
de ambos partidos (PRD y PT) no se
exhibían los nombres de los aspirantes:
la carta de aceptación de la postulante
y las rmas de los presidentes estatales
de los partidos involucrados […].
(pp. 406-407)
Las campañas electorales
Jiménez (2016), al referirse a los rituales
y temas abordados durante los meses
de campaña, comenta que los tres
candidatos coincidieron con tradicionales
eventos masivos y agendas políticas con
temáticas comunes, que giraron en torno
a problemáticas de seguridad pública,